LA SILICONA

SILICONA ACÉTICA

Es un sellador mono componente y elástico de alta calidad a base de siliconas. No se destiñe y es resistente a la radiación ultravioleta.

Su elasticidad es permanente después del endurecimiento, lo que para acuarios es fundamental, ya que las juntas deben tener la capacidad de absorber las dilataciones de los vidrios causadas por la presión del agua y las variaciones de la temperatura (aunque estas sean mínimas).

La excelente adherencia al vidrio es su principal virtud. También resulta muy útil para pegar otros materiales como el metacrilato y cualquier tipo de plástico. La única excepción reseñable es el PVC, superficie a la cual no se adhiere. Tampoco se adhiere al hormigón.

Dentro de las siliconas acéticas hay distintas marcas que, según su composición especifican resistencias a tensión diferentes. En cualquier caso, para la fijación de los cristales deberemos buscar una marca que asegure al menos una resistencia a tensión de 18 Kg/cm². Esto es aplicable a acuarios de más de 300 litros, ya que para menos peso de agua tampoco tendremos que ser tan estrictos.

Esta silicona viene diluida en acetona (ácido acético, también conocido como vinagre), un disolvente muy común que permite darle a la silicona la consistencia adecuada para su aplicación. Esta acetona, en contacto con el aire se evapora, liberándose de la silicona y permitiendo que esta solidifique.


La silicona acética, por tanto es la silicona común y corriente, sin ningún tipo de aditivos adicionales.

Esto precisamente la convierte en la silicona más resistente y elástica de todas y por ello resulta la más óptima para la fijación de nuestros vidrios en el acuario.

Al llevar acetona, implica un tiempo de secado mayor que la neutra.

Este tipo de silicona ataca a los butilos. Esto es algo a tener en cuenta cuando usamos cristal laminado, ya que la capa intermedia de butiral en contacto con esta silicona se degrada.

Tener en cuenta que para el pegado de vidrios de acuarios de más de 300l sería aconsejable usar siliconas de resistencia a tracción o rotura de 1,8 MPa (18Kg/cm²) o superior.

En cuanto a los colores, destacar que la modificación del color blanco traslúcido de la silicona implica la adición de tierras y dióxido de titanio que reducen su resistencia e incluso merman su elasticidad.

Sin embargo, debido a su capacidad adherente, la silicona resulta una buena superficie para la acumulación de hongos, algas y restos de medicamentos, lo que unido al color blanco traslúcido le da un aspecto sucio con el tiempo. Por ello, aunque se pierda resistencia y elasticidad, resulta necesario el uso de siliconas negras, donde esa suciedad pasa más desapercibida.

En cualquier caso, la silicona a utilizar para el cordón de sellado del interior de la urna no requiere esas mismas exigencias de resistencia y flexibilidad por lo que el hecho de usar aditivos para el color no debe ser un problema.

MODO DE APLICACIÓN

Las superficies a aplicar deben estar secas y limpias de polvo, grasas y otras sustancias que impidan una buena adherencia. Para ello, el mismo disolvente, la acetona será la opción más adecuada. También se pueden usar otros disolventes como tolueno, xileno, isopropanol, metiletilcetona, metilisobutilcetona, etc…

Los cordones de silicona deberán ser continuos, sin burbujas y homogéneos, ya que las discontinuidades en el material provocarán una fisura y la consecuente fuga de agua.

Para la unión de cristales habrá que asegurarse de que estos no estén en contacto directo y haya material de silicona entre medias. Si están en contacto es muy posible que con las dilataciones, aunque sean mínimas, los cristales se presionen entre ellos y rompan.

Antes del secado, la silicona es fácilmente maleable y extensible, con lo que su aplicación resulta muy sencilla. Cuando el material seca y solidifica, con un cutter se pueden recortar los restos sobrantes para dejar un acabado más estético.